Mientras la recuperación de la actividad económica se sostiene, la amenaza por el aumento de la circulación del virus está cada día más presente, y frente al aumento de precios, el gobierno no logra recomponer al poder adquisitivo de los salarios, como pretende. Los datos del Indec muestran un aumento del 3,3% mensual para el promedio de los salarios en enero, mientras que los precios en el mismo período aumentaron un 4%. En el acumulado del año, mientras los precios minoristas acumulan un 38,5% de suba, los salarios sólo un 29,6%. Esto deja en evidencia que la estrategia del gobierno de sostener la recuperación de la actividad a partir de un impulso al consumo interno, que representa en la actualidad el 67% del PBI, no logra tomar fuerza. Parte de esto tiene que ver con el comportamiento de formadores de precios que escapan a los acuerdos, y mantienen la inercia inflacionaria presente, que luego se derrama a lo largo de las cadenas de valor, y llega a los productos finales.
Los datos de pobreza observados la semana pasada dejan al descubierto una muy frágil situación social, y el avance de los contagios plantea un muy serio debate, entre hasta donde seguir sin restricciones. La realidad oscila como un péndulo entre un nuevo freno sobre la economía, con casi nula capacidad de reacción desde el Estado para contener la situación, como se hizo el año pasado, y la probabilidad no menor de que el incremento de contagios lleve al colapso del sistema sanitario, y esa situación desemboque en una crisis además de sanitaria, económica y social. Por el momento, la decisión es avanzar con medidas restrictivas a cuentagotas y muy dirigidas, pero la realidad puede empujar a otra decisión en los próximos días.
Nuevamente, el foco del conflicto es el área del AMBA, pero en esta oportunidad no se logran los acuerdos entre CABA y PBA que sí se alcanzaban fácilmente el año pasado. La primera medida que podría llegar en los próximos días tiene que ver con la restricción nocturna, muy probablemente una fuerte restricción a la circulación de 00 a 06hs. Sin embargo, otras actividades de carácter recreativo pueden empezar a restringirse también, más allá del horario de realización. En la Ciudad de Buenos Aires, los últimos datos dan cuenta de casi 2.500 casos, récord desde el inicio de la pandemia, y para un domingo, donde las mediciones suelen ser más bajas. Asimismo, comienzan a observarse distritos con unidades de terapia intensiva ya al 100% de su capacidad, lo cual enciende otra luz de alerta.
En relación a la necesidad de generación de dólares que tiene la economía argentina, el Ministerio de Economía decidió avanzar sobre la implementación de un nuevo régimen de fomento a la inversión en sectores económicos generadores de divisas. El objetivo es ofrecer previsibilidad a las empresas para el repago de grandes inversiones, de U$S 100 millones o más, vinculadas a actividades primarias e industriales que generen aumentos en las exportaciones. El 20% de las divisas obtenidas en las exportaciones vinculadas a una nueva inversión serán de libre aplicación por hasta un máximo anual equivalente al 25% del monto bruto de divisas ingresadas en el MULC para financiar el desarrollo del proyecto. El beneficio será a partir de un año de realizada la inversión y por hasta 15 años a partir de la emisión del Certificado de Inversión para Exportación. Las inversiones alcanzadas serán las de sectores foresto-industriales, mineros, agroindustriales, hidrocarburíferas y de industrias manufactureras que aumenten las exportaciones. Esto tiene que ver con el hecho de que las restricciones tan fuertes a los movimientos de capitales que existen en la actualidad, actúan como barrera de salida, pero también de entrada, ya que los capitales internacionales no ingresan sin la posibilidad luego de salir. Con este esquema, se busca dar previsibilidad a un esquema que contemple las necesidades de retorno de la inversión en cuestión, y las necesidades de una economía que no puede quedar supeditada a los movimientos de grandes volúmenes de capital.
La evolución de los contagios y el inicio tan fuerte de esta segunda ola, no sólo marca gran incertidumbre sobre la economía, sino también sobre la política, donde cada vez aparece como más probable la suspensión de las PASO, que deberían ocurrir en agosto de este año.